¿Entre más gordito, más bonito?
“Esos hábitos la verdad vienen desde casa”, expresó John Jairo Vargas Bustos
Por: Michael Chabur Mahecha
Por: Michael Chabur Mahecha
La oscuridad empieza a ser diluida lentamente por la luz del sol, señal que indica el inicio de un nuevo día. Los despertadores, que antes eran el agudo y amplio sonido de los gallos, pero que ahora fueron sustituidos por las graves melodías del celular, empiezan a vibrar desesperadamente en la espera de ser detenidos por sus dueños y lograr su objetivo: despertarlos.
Lentamente los ojos de las personas empiezan a parpadear, hasta llegar al momento exacto que la vista deja de ser como un día nublado en carretera y todo se empieza notar más nítido. Este factor indica lo temible por muchos: tener que salir de la amplia comodidad, del calor del momento y de la plenitud del cuerpo. Con alguna de sus manos toman la esquina de las cobijas y en un solo instante las retiran de sus cuerpos, se sientan, o en otros casos se ponen de pie y se dirigen a la ducha. La luz del sol marca las 6:30 a.m, las puertas de la institución se abren y los maestros con una sonrisa en su rostro, un saludo amable y con un uniforme rojo reciben a cada estudiante.
Uno de estos profesores es John Jairo Vargas, licenciado en educación básica, con énfasis de educación física, recreación y deportes. El cual está encargado de los estudiantes de grado primero a undécimo. El tiempo pasa y todos están como cualquier otro día: dando clases, educando. El reloj ya marca las 10:30 a.m. de un miércoles y John Jairo se encuentra ubicado con los estudiantes de primaria en la realización de su clase. Mientras los gritos rebotan en las paredes y la emoción es plasmada por los grandes saltos que dan los niños, el profesor con un pitido en el silbato de color negro, da la indicación del inicio de la primera actividad: saltar sobre los aros que él ubicó en suelo separado uno del otro. |
Luego de finalizar el ritual de preparación del cuerpo, haber llenado sus almas con un saludo o un abrazo y sus estómagos con un tinto o un huevo, toman sus pertenencias, se dirigen a la puerta de salida de sus hogares y con un “adiós” van rumbo hacia el “reto del tercer milenio”.
Algunos empiezan a caminar, otros, por temas de distancia, son recogidos por la ruta. Esto no es impedimento, ya que todos van para el mismo lado. Desde la distancia se empieza dibujar diferentes cuadros de agotamiento, de prisa, alegría, fatiga y de tranquilidad. Quizá por su condición física. Este, es dibujado desde el destino al que deben llegar: al Colegio San Juan de los Pastos, ubicado en localidad quinta de Usme, desde 1985. Dirigido por el rector Olimpo Coral y la directora administrativa, Josefina Escobar. |
“No es lo mismo hacer actividad física obligado a hacerla forma recreativa. Cuando se hace de esta manera, el estudiante trabaja su capacidad física, la mejora y no se da cuenta".
La clase termina y el agotamiento es notorio, pero el ánimo de seguir no es opacado por lo anterior. Los niños son llevados hasta su salón, lugar donde el licenciado toma sus objetos y se dirige hacia el próximo curso para iniciar la actividad física: noveno. Para el profesor el objetivo es claro en su plan de estudios. Sabe que frente a una juventud sedentaria hay que tener estrategias pedagógicas para contraatacar.
La clase termina y el agotamiento es notorio, pero el ánimo de seguir no es opacado por lo anterior. Los niños son llevados hasta su salón, lugar donde el licenciado toma sus objetos y se dirige hacia el próximo curso para iniciar la actividad física: noveno. Para el profesor el objetivo es claro en su plan de estudios. Sabe que frente a una juventud sedentaria hay que tener estrategias pedagógicas para contraatacar.
“Desde mi clase considero que es la actividad física. Por eso trato de hacerla lo más dinámica posible. Tengo una actividad que se llama ponchados. Cuando jugamos eso con los chicos, podemos durar en la actividad continua más de una hora, y aunque ellos están cansados, sugieren seguir con la actividad”. |
El profesor entra al salón. La mirada de los estudiantes inmediatamente va dirigida hacia al docente, el cual empieza a organizar a cada joven en sus puestos, da indicaciones de trabajos futuros y les señala que se deben dirigir hacia el patio. Los estudiantes llegan, se ubican y esperan la siguiente instrucción. “Dejan sus cosas a la derecha, en el suelo pegado a la pared y se quitan la chaqueta y el pantalón. Hoy vamos a trabajar en pantaloneta y camiseta”.
Inmediatamente el ambiente cambia. Luego de tener expectativas de disfrute, en los estudiantes se empieza a dibujar un escenario de inconformidad. “¿Qué? ¿Hay que quitarnos el pantalón? No profe, déjenos trabajar así. ¡Ash!” Sin embargo, la súplicas no fueron escuchadas. La orden fue dada y así mismo cumplida. Diferentes perfiles se van dando en el lugar. Contextura gruesa y delgada son los contornos de los estudiantes. Entendiendo esto, el profesor realiza su plan de estudios. |
“Hay que seguir unos lineamientos que nos da la Secretaría de Educación y el Ministerio de Educación Nacional. Yo hago una serie de pruebas, tipo diagnóstico con los chicos. Con base a los resultados se determina si las pruebas son aptas para ellos o hay que aumentarlas o disminuirlas”.
Suena el silbato. Las niñas están a la derecha y los niños a la izquierda ansiosos de iniciar la primera prueba: piernas. Desde una misma posición los estudiantes deben llevan sus rodillas hasta la mitad de su cintura saltando. Esto duró aproximadamente 120 segundos. Ya se empiezan notar en los rostros indicios de agitación, la respiración se torna más fuerte y el cansancio le empiezan a poner nombre: “¡uf, uf, uf!” “Nuevamente ubicados. Ahora vamos a hacer plancha”.
Suena nuevamente el pitido. Los chicos se ubican en el suelo, se apoyan en el antebrazo y sus pies. El abdomen y la cadera quedan como acróbata de circo: en el aire. Lentamente se empiezan a escuchar las risas de los estudiantes y los profundos suspiros. Cada pitido indica cuánto tiempo ha pasado. 120 segundos y la mitad del curso se rinde frente a tan inmenso reto. 150 y pocos quedan. Hasta que finalmente cumplidos ya 210 segundos los finalistas son dos chicos. Estos con el rostro totalmente rojo, pensando en su mente de que sí puede, hasta que ambos dicen “no más, me cansé”. Esta es la señal para la finalización de tan arduo reto.
Es evidente el cansancio, los síntomas son causa de sedentarismo que muchos de estos chicos pueden estar viviendo. Para Vargas, esto no es anormal.
“Antiguamente no existía tanto los medios tecnológicos. Entonces los chicos salían más, se divertían más desde la parte física. Jugaban fútbol en los barrios. Hablo con los muchachos y los padres no los dejan salir por temas de seguridad, así que se centran en sus redes sociales y el sedentarismo crece”. Es por esto que la mentalidad de la institución cambió un 100%. Desde hace un año, el San Juan de los Pastos ha venido implementando un nuevo sistema para que el sedentarismo y estos temas de obesidad sean muy bajos. Carmenza, profesora desde hace 11 años en la institución, realizó una ponencia interesante frente a este problema de salud pública. |
“Lo que pasa es que el tema se prestaba. Nosotros analizamos que casi siempre el estudiante es estático. Independientemente que bajen y suban, pero el ejercicio es mínimo. De ahí surgió la idea de que es importante mantener una actividad física diaria, así sea corta, pero que se haga para tener mejor nivel de salud”, lo expresa mientras está sentada calificando algunos cuadernos de los estudiantes, justamente cuando sus alumnos están realizando una actividad grupal.
Mientras Carmenza colocaba firmas, revisaba planillas y daba permiso a una joven de ir al baño, la docente afirma un poco nerviosa que hay un estudiante que está con sobrepeso. “Aunque uno como docente sabe que está en sobrepeso y que le va a traer unas consecuencias de salud, lo trabajamos con mucho sigilo, porque hay padres que dicen que los niños son así porque vienen de familia”. |
Cuando terminaba la frase, llegó una joven y le entrega a la maestra unos papeles. Se distrae un poco, hace un paneo general de los estudiantes y suavemente vuelve a mirar los cuadernos empezando así una frase: “En la ponencia evidenciamos que el 75% de los estudiantes no tiene una actividad física. Son muy sedentarios y esto hace que el nivel del desarrollo físico sea mínimo. Fuera de eso, evidenciamos que la alimentación es supremamente mal. No porque no tengan, sino porque no se saben alimentar.”
Suena el timbre. Muy ordenadamente empiezan a llegar los estudiantes al patio. Mientras van charlando con sus amigos, sus manos sostienen gaseosas, papas, gansitos, sándwich, compotas, bombombunes y cocas de almuerzo. El panorama es evidente. La alimentación de los muchachos no es la adecuada.
La profesora Carmenza baja las escaleras, se ubica en la cafetería y empieza a repartir cada almuerzo. Sin embargo, la opinión de ella frente a este déficit alimentario es clave. “La cafetería es una parte privada dentro de la institución. Sin embargo, desde las directrices si les tienen como una minuta para la alimentación. Se ve una minuta donde tiene frutas, donde tienen algo de proteína y algo de energía, dulce o algo así. Esto va dirigido por alguien especializado”. Es por ello que, el panorama es otro evidentemente. Esto no es un problema de la institución, pues como lo expresa el profesor de educación física, “Los padres les dan dinero a los estudiantes. En la cafetería hay fruta, pero ellos salen con hamburguesas. La comida está, pero a veces se queda”. |
Frente a este cuadro preocupante, para la institución educativa es primordial tener docentes que puedan manejar este problema. La profesora Ana Casanova, docente de tecnología y del distrito está realizando un micro proyecto que trata sobre la información de sedentarismo y la actividad física en los niños de las localidades.
Mientras ubica y ordena unos libros en la biblioteca, expresa que “los niños realmente no están haciendo ejercicio”. Camina y se dirige hacia los pupitres, es allí cuando expresa que los jóvenes tienen mejores resultados, en la parte alimenticia, académica y psicológica al realizar actividad física. Ana lleva su bata blanca puesta, mientras en la mano derecha sostiene unas llaves, la planilla y el su celular, mientras camina hacia la puerta de la biblioteca, indica cómo debe ser la parte alimentaria de los niños, puesto que recibe constantemente capacitaciones de compensar.
“En el plato debe estar por lo menos 4 colores. Enseñan algunas cosas de cocina, donde la presentación del plato influye. En el distrito se da el 70% y el padre se encarga del 30%, es responsabilidad de ellos. A nosotros nos dan la minuta, y así mismo se la damos a los padres para que sepan qué deben tener”.
Finalmente cierra la puerta con candado, baja las escaleras y se pierde dentro de la oscuridad de la coordinación. Todo esto se transforma a medida del tiempo, sin embargo, la meta sigue siendo la misma, pero el método va cambiando, para así seguir avanzando hacia “el reto del tercer milenio”
Gobierno Nacional llegó a un acuerdo para implementar un mejor etiquetado en los productos y alimentos que consumen los colombianos, anuncian en una editorial de un importante medio, sin embargo, el problema ahora es que la implementación se dará hasta 2022. Si las cifras son claras, frente a los índices de la obesidad infantil ¿Por qué esperar tanto?
Finalmente cierra la puerta con candado, baja las escaleras y se pierde dentro de la oscuridad de la coordinación. Todo esto se transforma a medida del tiempo, sin embargo, la meta sigue siendo la misma, pero el método va cambiando, para así seguir avanzando hacia “el reto del tercer milenio”
Gobierno Nacional llegó a un acuerdo para implementar un mejor etiquetado en los productos y alimentos que consumen los colombianos, anuncian en una editorial de un importante medio, sin embargo, el problema ahora es que la implementación se dará hasta 2022. Si las cifras son claras, frente a los índices de la obesidad infantil ¿Por qué esperar tanto?
El siguiente podcast es el relato de cómo la obesidad infantil se ha vuelto un tema importante para los colegios, teniendo como resultado, la apropiación y desarrollo de las normas del Ministerio de Salud y Educación.